El sobre con el dorsal y el chip (o sea, que sabremos la clasificación real) ya estaba preparado, cosa que reduce mucho el tiempo de espera en la cola, que se convierte en mínimo, y por cierto, muy simpática que la mujer que nos lo dio. Los primeros kilómetros de la carrera transcurren por dentro del pueblo, con gente que anima, la lástima es que con tanta gente y las calles estrechas, seguro que habremos perdido de uno a dos minutos. Después nos han enviado por caminos entre campos y naranjos, carrera típica por los pueblos de La Ribera. Es un recorrido tipo Càrcer, falsos llanos, es decir, caminos que pican un poco hacia arriba o hacia abajo, pero que no son ni subida ni bajada (solo hay una, pero es mínima). Buen paisaje para ver, que espero el año próximo llevar las gafas para verlo mejor.
Se equivocaron a la hora de repartir el agua en el km 5, ya que todo eran niños, y no iban demasiado rápidos, alguien se quedaría sin agua.
Si al año que viene dan la mitad que este año, volveré a ir seguro, y encima no se madruga tanto como en otras... Para acabar, diré la lista de regalos, y dados dentro de una bolsa de plástico: cacao, rosquilletas, botellines de agua, un bote de una bebida tipo Red Bull, la camiseta con la talla buena (pero de un color más feo que años anteriores), un bote pequeño de desodorante, y no sé si me falta algo más aún.